La Cruzada Libertadora da inicio a una nueva frase en la Revolución Oriental. El 19 de abril de 1825, un grupo de hombres, desde Buenos Aires, cruzó el Río Uruguay y desembarcó en la playa de la Agraciada. El objetivo principal era liberar la Provincia Oriental del dominio luso-brasileño impuesto legalmente desde el Congreso Cisplatino en 1821.
Los libertadores se organizaron bajo el mando de Juan Antonio Lavalleja. Una vez en territorio Oriental lograron hacerse del apoyo de toda la campaña, instalando su Cuartel General en la Villa de la Florida.
Durante los primeros meses de vida de la Provincia Cisplatina, los miembros del Cabildo de Montevideo se mostraron conformes al gobierno del General Lusitano, Carlos Federico Lecor. Sin embargo, algunas de sus medidas provocaron el disgusto de los orientales que comenzaron a realizar conspiraciones para eliminar a los invasores.–
La Provincia Cisplatina
Desde 1816 la Provincia Oriental se encontraba bajo el dominio luso-brasileño y desde 1821 pertenecía legalmente al Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarves. Los individuos que en un principio habían apoyado la invasión pertenecían a los sectores más pudientes, quienes estaban cansados del desorden provocado por la revolución artiguista. Sin embargo con el paso de los años estos grupos, algunos de ellos miembros del Cabildo de Montevideo, se distanciaron del gobierno de Lecor, en parte porque éste favoreció mayormente a los brasileños instalados allí.
Los intentos revolucionarios de 1823
Desde el interior de la Provincia Oriental se organizaron algunos intentos revolucionarios que resultaron sin éxito. El más significativo fue el de 1823, originado en el propio Cabildo de la capital y que buscaba obtener el apoyo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los principales cabecillas de estos movimientos debieron huir, instalándose la mayoría en Buenos Aires.
Organización de la Cruzada Libertadora
En la ciudad porteña comenzó a reunirse el grupo de oficiales y jefes que había escapado del dominio lusitano. Desde allí se encargaron de obtener todos los elementos necesarios para llevar adelante una gran hazaña. La misión era bastante arriesgada y para que tuviera éxito era necesario obtener recursos monetarios y materiales, como barcos, armas y alimentos.
Desembarco en la Agraciada
Partiendo desde Buenos Aires, un grupo de hombres al mando de Juan Antonio Lavalleja, cruzó el río Uruguay en dos lanchones en la noche del 18 de abril, ocultándose de la flota brasileña. En la madrugada de del 19 de abril de 1825 desembarcaron en la playa de la Agraciada. La misión resultó con éxito y dio inicio a una nueva etapa revolucionaria. Este pequeño ejército, rápidamente consiguió el apoyo de la campaña que estaba en contra del nuevo gobierno.
Los “Treinta y Tres Orientales”
Los estudios actuales, indican que no eran 33 los protagonistas de la Cruzada Libertadora, tampoco todos orientales. Participaron varias personas, además no solo se debe tener presente aquellos que desembarcaron en la Agraciada, sino también a los saladeristas, comerciantes y hacendados que brindaron su apoyo ofreciendo los recursos necesarios desde ambas márgenes del río.
El Juramento
Juan Manuel Blanes en 1877 se encargó de inmortalizar el desembarco a través de su gran obra: el “Juramento de los Treinta y Tres Orientales”. Un óleo sobre tela de grandes dimensiones (311 cm x 564 cm) representa el momento en el que Lavalleja y el resto del grupo juran liberar el territorio o morir en el intento. Esta consigna se encuentra reflejada en la bandera insignia de los revolucionarios.
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