Nuestra Escuela

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viernes, 20 de abril de 2018

ACTO RECORDATORIO DEL DESEMBARCO DE LOS TREINTA Y TRES ORIENTALES

El "Desembarco de los Treinta y Tres Orientales" el 19 de abril de 1825, o como también se la denomina “Cruzada Libertadora”, ha sido considerado por distintos historiadores como uno de los acontecimientos más importantes de nuestra historia.
Se lo ha valorado como el hecho que dio inicio al levantamiento oriental contra los ocupantes  que desde 1820 dominaban el territorio de la actual República Oriental del Uruguay.  El término “Cruzada Libertadora”  fue  utilizado muchos años después, en 1863, a raíz del levantamiento del general Venancio Flores contra el presidente constitucional Bernardo P. Berro por lo que algunos investigadores no usan ese término para referirse a este suceso.
Como se mencionó, desde 1820 los portugueses primero y desde 1823 los brasileños después, tuvieron el control del territorio oriental. El gobernador brasileño era Carlos Federico Lecor. Los ocupantes practicaron una política económica que perjudicaba a la mayoría de los orientales con arreadas de ganado hacia Brasil y reparto de suertes de estancia entre los jefes del ejército. Por otra parte  muchos caudillos orientales, por distintos motivos, colaboraban con los brasileños. En 1823 los orientales emprendieron un movimiento revolucionario, que sin apoyo en la campaña, fue derrotado. Por esta razón,  los jefes del mismo debieron emigrar hacia Buenos Aires. Desde allí comenzaron a organizar una expedición que les permitiera volver al territorio oriental y liderar un nuevo levantamiento.
A este respecto el historiador Alfredo Castellanos cita las memorias de uno de los participantes, Luis Ceferino de la Torre, el que sostiene,  “Se hallaban emigrados en Buenos Aires muchos patriotas orientales que habían tomado parte activa en los sucesos del año 1823 en Montevideo con la esperanza de dar libertad a la Provincia dominada por los portugueses desde 1817 que la invadieron”.
“La batalla de Ayacucho ganada por los patriotas en diciembre de 1824 –que decidió los destinos de América Latina -, inflamó el patriotismo de estos emigrados que reunidos en la casa de comercio que regenteaba don Luis Ceferino de la Torre firmaron espontáneamente un compromiso jurando sacrificar sus vidas en la libertad de su patria dominada por el Imperio del Brasil.”
“Siete fueron los patriotas iniciadores y que contrajeron ese heroico compromiso: Dn. Juan Antonio Lavalleja; su hermano, Dn. Manuel, Dn. Manuel Oribe, Dn. Luis Ceferino de la Torre, Dn. Pablo Zufriategui, Dn Simón del Pino, y Dn. Manuel Meléndez, nombrando enseguida unánimemente a Dn. Juan Antonio Lavalleja jefe de la empresa”. (1)
Para darles sustento a los emigrados así como para organizar reuniones, se utilizaron diferentes saladeros como el arrendado por Lavalleja en Buenos Aires y el de Trápani en la Ensenada de Barragán. Otro local de reunión fue el comercio de C. de la Torre. Asimismo se constituyó una comisión encargada de recolectar dinero y pertrechos de guerra. Numerosos estancieros y comerciantes colaboraron, muchos con la intención de asentarse en nuestras tierras. El gobierno de Buenos Aires oficialmente adoptó una posición de neutralidad aunque en la práctica toleró y cooperó con los preparativos revolucionarios.
Luego de culminados los preparativos, un primer grupo de  expedicionarios, según Juan Spikerman, se embarcaron en las costas de San Isidro el 1 de abril de 1825, comandados por  Manuel Oribe. Este grupo desembarcó y acampó en una isla formada por un ramal del río Paraná, llamada “Brazo Largo”.
El segundo grupo, comandado por  Juan A. Lavalleja, partió después y fue demorado por un fuerte temporal, por lo que los dos contingentes se reunieron el 15 de abril. Desde Brazo Largo navegaron por el río Uruguay en la noche del 18, luego de sortear las naves de patrulla brasileñas.
Al amanecer del 19 de abril desembarcaron, según la tradición, en la playa de La Agraciada, en el actual departamento de Soriano.
Luego de desembarcar, Lavalleja con el resto del grupo, pronunció el célebre juramento de liberar la Patria o morir en el intento, enarbolando la bandera tricolor, con la leyenda central de “Libertad o Muerte”.
Previamente, distintos emisarios habían realizado contactos en la costa para obtener caballos y apoyo. Si bien  en un primer momento a causa de la vigilancia brasileña, los expedicionarios carecieron de caballos luego fueron auxiliados por distintos patriotas.
Con este acontecimiento se dio inicio al levantamiento que finalmente concluiría con la creación del Estado Oriental. Uno de los puntos más polémicos entre los historiadores ha sido el número de expedicionarios, ya que existen varias listas. Actualmente, se sostiene que el número de personas fue variando durante  del transcurso de la expedición y que formaron parte de la misma paraguayos, argentinos, afrodescendientes y otros sin filiación conocida.

(1)   Castellanos, R, La cisplatina, la independencia y la república caudillesca, Editorial Banda Oriental y La República, 1998.

 Alumnos de 4to B realizan la  representación del hecho acompañados con la música de Tabaré Etcheverri "Gesta de 1825"



En todos los medios de nuestro país es popularmente conocida la imagen que refleja el desembarco de los libertadores por la obra maestra del pintor de la patria Juan Manuel Blanes, realizada entre los años 1875-1878. Pero esta no fue la primera representación pictórica de la memorable gesta.



Tal es como nos dice María Julia Ardao: "La primera tela de carácter histórico, es el óleo de Josefa Palacios, natural de Colonia, que alrededor de 1854 representó en el lienzo el desembarco de los Treinta y Tres Orientales"

Josefa PAlacios está considerada como la primera pintora y miniaturista oriental.
Su padre fue Pedro Antonio Palacios, español que residió posteriormente en Colonia, donde se casó con Rosa González  Amores, el 25 de mayo de 1798. Allí nació Claudia Josefa Palacios González, aun se desconoce su partida de nacimiento y bautismo por lo que no se tiene una fecha exacta de su nacimiento. Falleció por 1881 o 1882, desconociéndose también su partida de defunción.




Sus cuadros, caso curioso, nunca los firmó, ni estampó la fecha de realización; motivo por el cual se hace más difícil saber que otras obras realizó.
La obra del desembarco pertenece al Museo Histórico Nacional, no tiene firma, siendo sus dimensiones 970x1220mm. Figura con el número 125 en el catálogo descriptivo de 1961.



En el centro aparece el Gral. Juan Antonio Lavalleja, quien sostiene en su mano izquierda una bandera tricolor azul, blanca y roja, con un grupo de componentes de la expedición libertadora, en diversas actitudes; a la izquierda, al fondo, se ve a otra parte de los mismos, semiocultos entre los árboles, a la derecha, en primer plano, está un hombre a caballo y más atrás otros arrodillados y de pie juntos a los árboles. Al fondo, en el centro, se divisan el río Uruguay y una embarcación que se aleja.

Como expresa Elisa Silvia Cazet, sin desmerecer la obra realizada por Blanes en su cuadro del juramento de los Treinta y Tres, la pintura de Josefa Palacios se ajusta mayormente a la verdadera historia de los hechos tal y como sucedieron.

Por tal motivo cada 19 de abril, al conmemorar este glorioso hecho histórico debemos llenarnos de orgullo al saber que una coloniense fue la primer artista en estamparlo.

 
Alumnos de 2do realizan una representación relacionada la temática



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